sábado, 16 de abril de 2011

Sin ti

Parece que en tu ausencia, no tengo sentidos,
que de un día para otro, todos he perdido.
Y ahora yo deseo, que tú, con estos versos,
puedas sentir en tu piel, todo lo que por ti siento.

Mis ojos, desde entonces, sufren una fuerte ceguera,
por quererte tanto, y no tenerte cerca.
Solamente oscuridad, plena y triste sentiran,
hasta que la venda de los cubre vengas tú a retirar.

Al irte, mis oidos, quedaron del todo sordos,
por ellos no oigo más que algun ruido que otro.
Ojala tu voz, dulce como la miel, oyesen,
y de la nada a tu cancion ellos me condujesen.

Mis labios, desde aquel dia, andan frios y agrietados,
esperando con dolor, tristeza y desangelados,
que los cures si algun dia piensas regresar
y de nuevo asi, los tuyos, con puro placer besar.

Mi voz, en ocasiones, suena mal, resquebrajada,
porque desde que no estás, no hay palabras de esperanza.
Regresa a mi lado y enseñame de nuevo a hablar
para que con voz firme y fuerte te vuelva yo a cantar.

Mis manos, congeladas, han perdido todo el tacto,
quizás sea por ti... no encuentro el motivo exacto.
Si vuelves tal vez puedan tus manos las mias curar,
para asi, sobre mi regazo, tu suave pelo acariciar.

Mi cuerpo, por la noche, inquieto está sobre la cama,
creo que sin tu amor, ha perdido hasta la calma.
Si no te siente pronto, mucho más se va a deprimir,
y peor que hasta ahora le vas a hacer vivir.

Mis pobres sentimientos permancen ahora nulos,
secuestrados en la niebla, atados con fuertes nudos.
Tienes que volver rapidamente, a mi triste vida entrar
para que con tu ayuda, a ellos pueda liberar.

Anoche bien temprano, hablé con mi corazón,
entre lágrimas y sollozos sus penas me confesó.
Vuelve a mi y aplícale tu dulce medicina
hazle salir del agujero, dale esperanza divina.

Desde que tú de mi vida sin motivo has salido
me he quedado solo, solo y falto de cariño.
Sabes que tu amor yo quisiera recuperar
y si eso al fin ocurre, jamás te dejaré marchar.


Juan Lasheras Cuenca

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