martes, 22 de febrero de 2011

Gente normal

Yo lo que quiero es gente normal, gente bien sencilla, fácil de tratar. No me gusta nada la gente quisquillosa, chulitos, egoístas y un poco gilipollas. No me gustan los subiditos, hipócritas ni cretinos. Yo lo que quiero es gente normal, que rían, que callen y que a veces me dejen en paz. 

Solamente pido a esa gente que se sobra: tened más cabeza, y abrid menos la boca. Porque hay veces que uno intenta ser un poquito normal, vivir una vida simple, pasar el día y poco más. Pero para estropearlo todo, está esa clase de tontos, con su continua hipocresía, con su barata poesía. Hay gente, y gente normal, gente que te cae bien, y otra regular. Todo es cuestión de hacer un poco el papelón, de callarse la verdad, y actuar con falsedad. Estoy harto de la mentira, el engaño y la ironia. Cansado estoy de pelear, contra murmullos, cuchicheos y Dios sabe qué más. 

Quiero poder vivir tranquilo, un grupo de amigos, y un buen escondrijo, donde poderme ocultar de quien me quiera molestar. Una cosa es vivir con sinfonía, y otra muy distinta con falsa filosofía. Mucha gente con remedios chinos quieren ocultar sus lios, apartar como sea todo eso que no se desea. Pero si quieres aconsejar, hablar o dar lecciones magistrales, algo te recomiendo yo antes: bájate de la nube, que das pena, no creas que te luces. 

Yo lo que busco es gente normal, amiga, sincera, que te diga la verdad. Quiero gente buena, gente verdadera, gente leal, buena compañera. Quiero honestidad, virtudes y mucho más, pero si he de ser sincero, también quiero sus defectos. Solo busco gente muy normal, como tú o como yo, ¿es pedir de más? 

Con un abrazo y un beso se despide este blogero.


                                                                          Juan Lasheras Cuenca      



P.D.: la moraleja está en que no es la gente más popular, o la más filosofal la que realmente es buena. Hay que poner los pies en la tierra, vivir consecuentemente y echarte el mundo a cuestas. Vivir todos los días de una burda ñoñería no te va a dar de comer, no vas a aprender a vivir, y te aseguro que te van a morder.  

jueves, 17 de febrero de 2011

Historia de un error


Hoy es uno de esos días en que miro fotografías y… me siento triste. Hace poco puse en mi estado de una red social que para madurar es necesario un cambio, y que ese cambio conlleva muchas veces dejar gente atrás. Eso es algo totalmente cierto, en ocasiones hay gente que solo te tira para abajo, pero porque tú no te das cuenta de que esa gente no te aporta nada bueno. Sigo pensando que lo que dije está bien dicho, que tal vez no haya que ser bueno siempre con todo el mundo.

Pero… Diferenciemos: hay gente y gente importante; hay conocidos, y amigos. Soy un tonto, y pensando en mi mismo he perdido amigos, amigos importantes que no quería perder, pero que creía lo más correcto. Y desde entonces no hay un solo día en que no sepa que me he equivocado, que algunas de esas personas no quería dejarlas atrás porque lo han sido todo para mí. He llegado incluso a criticarlas, a pensar para mis adentros que no merecían ser mis amigos pero ahora lo pienso y digo: “¿Quién co*o soy yo para decir quién merece o no ser mi amigo? ¿Acaso no tengo que agradecer y tener suerte de poder contar con esa gente que me quiere?

Amores, amistades… Personas que nunca se olvidan, y sobre todo no se olvidan si realmente no han hecho nada malo para que las borres de tu mente. Mirando fotos,  he visto las sonrisas de esas personas a las que desgraciadamente he dejado atrás, y me ha entrado un sentimiento de pena y de añoranza. Muchas veces uno mismo quiere protegerse de lo adverso, o tratar de negar los evidentes sentimientos, y todo ello por miedo al rechazo, a la culpa, o porque pensamos que merecemos más atención por parte de esas personas. Pero repito, me equivoqué. Y tengo claro que lo hice, sé los motivos por los que lo hice y sé que si ahora mismo volviera atrás en el tiempo, con la cabeza un poquito mejor puesta como la tengo ahora… No volvería a cometer muchos de los errores que cometí. Para empezar habría sido mucho más hombre para afrontar cierta serie de problemas, habría dejado de pensar con otra cosa que no fuera la cabeza y tal vez, solo tal vez, tendría ahora gente a mi lado que sé que me haría mucha mejor persona. Porque así lo experimenté en su momento. Tendría que agachar la cabeza, que dar la razón y dar gracias por todo lo que esas personas me han aguantado y me han querido.

Siempre he sentido algo muy especial por una persona en concreto, y no diré nombres. Pero, por si esa persona piensa que he sido una mala persona, cosa que es completamente lógica, quiero que sepa al menos qué era lo que sentía, que fue lo que sentí al portarme mal y que es lo que hoy en día siento. Así que ahí va, con el corazón:

En primer lugar, esa sonrisa… ¿Sabes que me volvías loco? De verdad, no es fácil ver a una persona sonreír tanto, porque… Es complicado ser así, y a veces llega a aburrir estar todo el día sonriendo viendo las caras amargadas de muchos o lo poco que se valora esa sonrisa en momentos importantes. Agradezco mucho que estuvieras ahí en todo momento, agradezco esa sonrisa diaria, esa buena gana y ese saber estar, fueron fundamentales para mí, y si soy aun más sincero… No sabes la envidia que tenía de tu calidad como persona, siempre has sido un ejemplo a seguir, y un ejemplo envidiado, no solo por mí, sino por todos.

Segundo, tu capacidad para aguantar mis constantes embestidas de “locura”, adolescencia, (obsesión), y miedos… Fueron increíbles. En ningún momento dejaste de estar ahí, ni siquiera cuando yo te hacía daño, eso es algo tan increíble como para quitarse el sombrero, y aunque no me veas, lo sigo haciendo en la soledad de mi habitación, cuando me pongo a pensar. Ejemplo en todo, me ayudabas en lo que necesitara, a mí, a quien me rodeaba y a quien te rodeaba. Cada cosa nueva que hacías era… Otro motivo más para tenerte en un pedestal, y nunca hubo nada que hicieras que pudiera decepcionarme. Además, recuerdo cómo siempre me metía contigo y tú nunca te enfadabas. Con respecto a eso… No sé si sabes que cuando un chico se enamora de una chica, o cuando le gusta de verdad, tiende a actuar como un tonto con esa chica, a meterse con ella constantemente y a dar más bien pocos signos de madurez. Es así, te lo aseguro.

Tercero… ¡Es que podría decir tantas cosas sobre ti! No quiero hacer esto demasiado largo, pero no quiero tampoco quedarme corto porque quiero hacerte ver que valoraba y sigo valorando todo lo que hacías, todo lo que eras y todo lo que espero que sigas siendo. Me da rabia, me da miedo, tengo envidia de todo el que está a tu lado, quisiera poder disfrutar de tu compañía y poder tenerte en clase. Incluso casi hago la misma carrera que tú solamente por ti. Sé que hubiera sido algo absurdo, pero es cierto. Ah, y no puedo olvidarme de que mi número favorito está también relacionado contigo. Parece una obsesión, pero no creas eso, no lo es. Aún sigo pensando que, al menos para mí, eras la persona perfecta, la mujer de mis sueños, la madre de mis hijos (que no suene obsesivo eh!). Había mala gente que intentaba meterme ideas equivocadas sobre ti, gente que te envidiaba y querían hacer que dejara de lado todo lo buena persona que sabia y había comprobado que eras. En parte lo consiguieron, y aborrezco lo que llegué a pensar, porque en ningún momento era fiel reflejo de todo lo que eras y lo que yo sabía que eras.

Cuarto, no sabes cuánto lamenté dejarte en la cuneta. Tú, que nunca lo hiciste y te mantuviste firme, viste cómo yo me olvidaba de ti. No creo tampoco que para ti fuese una gran pérdida, tal vez incluso fuese más un alivio para ti que otra cosa. En parte pensar así me alivia, porque tu forma de ser es bastante madura, y eso desde hace bastante años, y puede que librarte de mi fuese lo mejor que te ha pasado y no haya sido un problema. Para mí fue sinceramente como clavarme un cuchillo en una parte grande de mi corazón, desde que lo hice sé que algo murió dentro de mí. Espero que no te suene ñoño, no quiero serlo, pero quiero tanto decirte la verdad como admitir lo que tengo hoy en día rondándome constantemente la cabeza.  Y de esto poco más tengo que decir, fui un idiota perdiéndote y me arrepiento a diario.

Por último, en mi situación actual… Echo de menos tu compañía, la alegría que me transmitías cada vez que estabas cerca de mí, esa bondad en tu radiante cara (sí, el color de tu cara también influía en que brillases más de lo normal) y tantas otras cosas… Han pasado varios años desde que te perdí, muchas veces parecía que lo hacía pero… Tú nunca te negabas a volver a darme otra oportunidad, y tengo que reconocer que gracias a ti mejoré mucho como persona. Cada vez que cometía un fallo y tú me perdonabas, yo iba almacenando en mi memoria lo que no tenía que volver a hacer, y todo eso solo en base a ti. Es decir, para entendernos mejor, soy en gran parte como soy con las mujeres y con la gente en general por unas pautas que me marqué especialmente contigo. Trato a las mujeres como quería tratarte a ti, y pase lo que pase sé que lo estoy haciendo bien, satisfecho de mi comportamiento, porque fueron un par de años de contacto más formal y en los que pude aprender cómo tratarte. 

Creo que por hoy eso es todo, gracias de verdad, tanto a esta persona en especial como a todos aquellos que han estado a mi lado aportando su pequeño granito de arena en lo que soy ahora y que era en lo que ellos creían que podía convertirme. Siento de corazón haberos dejado, y espero que si, sois tan buenos como lo erais antes, me deis otra oportunidad para acercarme a vosotros y enmendar el resto de errores. No prometo no cometer más errores, eso es imposible, pero os prometo con el corazón que cuando los cometa, será la última vez y que vosotros seréis los primeros en ver cómo florece algo del fruto de mis errores.


Gracias, y buenas noches. Besos, saludos y abrazos,

                                                                       Juan Lasheras Cuenca


P.D.: A esa persona quiero decirle que no me olvido de ella, que la sigo queriendo como el primer día, que fue lo más importante durante muchos años en mi vida, que luchaba por ser el primero en felicitarla, por ser quien la hiciera reír. Me moría por acariciarle la cara, poder darle algo de confianza, seguridad y paz. Quería estar los 365 días del año con ella, viéndole estudiar, hablar, ayudar a todo el mundo, viajar con ella, tocar el instrumento que tocara... Pensaba que estando con ella sacaría lo mejor de mí, y sigo pensándolo a pesar de que ya esté todo perdido. Pero te quiero, y mucho. Hubiera dado la vida por ti, y creo que te pase lo que te pase y me pase lo que me pase, eso no cambiará nunca. Que sepas que me tienes, para lo que quieras y cuando quieras.

domingo, 13 de febrero de 2011

En busca de la felicidad


Hace ya muchos años que leí este relato breve titulado “el escondite”. Me acuerdo perfectamente. 4º de ESO, clase de Lengua y Literatura. Tocaba comentario de texto, y como tal había que hacer un tema, un resumen y un esquema. Por esa época a mí me gustaba pensar y filosofar un poco, aunque he de reconocer que en 1º Bach. se me fueron todas las ganas porque Filosofía me parecía una asignatura aburrida. 

El caso es que, a medida que iba leyendo el cuentecito, los ojos se me iban abriendo como platos, y cuando llegué a la parte final y a la conclusión… Tuve ganas de aplaudir, pero no podía porque estaba en clase. Eso sí, al terminar el examen fui a hablar con mi profesor para comentarle lo increíble que me había parecido dicho relato. Y de ahí fue surgiendo mi idea de la felicidad…

Yo no era más que un crío, y como tal mis ideas se iban a quedar muy cortas. Pero intenté sacarle el máximo jugo a esas palabras finales que decían "El ser humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo". Es una frase tan cierta como que me llamo Juan Lasheras. Es algo increíble y por lo que mucha gente mataría por saber.

Y ahora a lo que vamos… ¿qué es la felicidad? Pensad un poco… ¿Qué consideráis que os puede llegar a dar la felicidad? ¿Una sola cosa, varias…? Bien, en mi opinión, la felicidad es algo sencillo. Se ve en los pequeños detalles con los demás y se puede conseguir si cada uno dejamos de pensar en nosotros mismos. En parte vamos por el buen camino, porque dentro de nosotros mismos está la felicidad, pero nuestra felicidad no la podemos conseguir centrándonos en nosotros mismos, esa felicidad está destinada para aquellos que nos quieran y nos ayuden a mejorar.

Nosotros tenemos que fijarnos en los demás, querer a los demás, ayudar a los demás, y entonces su puerta de la felicidad se nos abrirá y podremos tomar la parte que merecidamente nos corresponde y almacenarla en nuestro corazón para ser realmente felices. La felicidad la encontramos dentro de nosotros mismos, en nuestros corazones, y la vamos compartiendo con los demás. Un intercambio de sentimientos también lleva a un intercambio de felicidad. Esa felicidad que damos y nos dan, nos renueva por dentro. 

Y cuando estemos totalmente desprendidos de nosotros mismos, seremos felices. 

Es una idea muy sencilla. Además, la sencillez de la propia persona ayuda. Si somos de mente clara, corazón abierto y espíritu emprendedor… Todo se vuelve mucho más fácil. Hay que dejar de lado el “qué dirán”, y dejar de rallarse la cabeza por temas que no son tan importantes, en definitiva: mente clara y simple. Sino… Aparentaremos ser felices pero por dentro estaremos tristes. Una cosa es saber desechar los problemas y otra es esconderlos con caretas de felicidad.

En definitiva y como conclusión… La felicidad es algo muy bello, algo a lo que tenemos que aspirar todos, y que si se pone un poco de esfuerzo… Se consigue fácil. Y creo que todos tenemos que querer ser felices, porque así conseguiremos crear incluso un ambiente mejor. Probadlo, ya me contaréis cómo os va.


Besos, saludos y abrazos,

                                                    Juan Lasheras Cuenca


P.D.: No dejéis que los problemas os priven de un bien tan importante como es la felicidad. No hace falta que os diga lo imprescindible que es la felicidad… Es un bien escaso en la sociedad de hoy en dia, lo hemos cambiado por la frivolidad y la falsedad. Por favor, mantened como minimo una pequeña llama, una llama que puede que no queráis encender pero que no cerréis a los demás. Dejad que aquellos que se preocupan por vosotros intenten reavivar esa llamita y tal vez, solo tal vez, consigan cambiaros para bien. Yo, si está en mis manos… Lo intentaré.

miércoles, 9 de febrero de 2011

El escondite

En el principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno de ellos propuso quitarle algo a los humanos. Así pues, y para su regocijo, todos se pusieron a divagar sobre qué podían arrebatarles.

Después de mucho pensar uno dijo:

- "Ya sé, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren". Propuso el primero: "Vamos a ponerla en la cima del monte más alto del mundo"

A lo que inmediatamente repuso otro:

- "No, recuerda que los hombres tienen fuerza, alguna vez alguien puede subir y hallar la felicidad. Y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está".

Luego añadió otro:

- "Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar".

Pero tampoco fue bien recibida la idea, ya que los seres humanos tienen la curiosidad suficiente para que, alguna vez, alguien construya algún aparato con el que descender a las profundidades y encontrarla.

Uno más dijo:

- "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra".

Pero todos le contestaron :

- "No, recuerda que los humanos tienen inteligencia, y un día alguien va a construir una nave en la que puedan viajar a otros planetas y lo van a descubrir. Y entonces todos tendrán felicidad."

El último de ellos llegó a la siguiente conclusión:

- "Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren".

Todos le miraron asombrados y preguntaron al mismo tiempo:

- "¿Dónde?".

El demonio respondió:

- "La esconderemos dentro de ellos mismos; estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán".

Todos los demonios estuvieron de acuerdo con él y, desde entonces, ha sido así: "El ser humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo".


Buenas noches, besos, saludos y abrazos.

                                                          Juan Lasheras Cuenca


P.D.: mañana habrá un pequeño comentario a este cuento, que no es mío, y a la idea de la felicidad. Por hoy, espero que al leer este relato se os abran un poco los ojos. Siento la poca imaginación de estos últimos días, los exámenes y trabajos tienen la culpa.

martes, 8 de febrero de 2011

Suave brisa de verano

Junto al mar, en la playa de La Concha,
tumbados sobre la arena, una nube les hace sombra,
y ambos contemplan las olas golpear
unas tierras que aun y todo no podrán arrebatar.

Él acaricia su suave pelo castaño
y ella apoya la cabeza sobre su dulce regazo.
Es entonces cuando la pareja, en aquel mes de mayo,
siente por su cara la suave brisa de verano.

Una brisa con un agridulce sabor a sal marina,
brisa con recuerdos anteriores de mismas experiencias vividas.
De un amor que soporta buen tiempo o tempestades,
amor que nunca cede ni ante lluvias o huracanes.

La luna contempla desde el despejado cielo
el paseo al anochecer por el Peine de los Vientos.
Sueñan despiertos, planean un futuro,
y les sale un “te amo” en forma de susurro.

Tras junio, julio y también agosto,
el verano ya más frío cede el trono al otoño.
Y ella y él se tienen que separar
porque ambos han de regresar a la Universidad.

Septiembre, para él, es un mes imposible,
trata de olvidarse de ella, pero nunca lo consigue.
A ella cualquier cosa a él le hace rememorar,
porque tanto buen recuerdo es difícil de borrar.
 
El curso pasa pero ellos no olvidan
aquellos dulces paseos a la vera de la orilla.
Ella recuerda con cariño cómo él la mimaba,
cómo envuelta en sus brazos su tristeza aliviaba.

Conforme los meses siguen avanzando
el verano ya se nota cada vez más cercano.
Las hojas del calendario marchitan y se caen
y su caída, los exámenes, y final de curso traen.

Tras acabar el año en la facultad,
ambos regresan a su hermosa ciudad natal
y nada más llegar, la ciudad, como regalo,
hace del mar traer… aquella suave brisa de verano.

Espero que os guste. =)(=

Besos, saludos y abrazos,

                    
                                                                  Juan Lasheras Cuenca


P.D.: hoy hay descanso de postadatas ^^ Espero que os parezca entretenido el poema.

domingo, 6 de febrero de 2011

El fin de semana… Y de lo que se deriva a los padres.

Bendito espacio entre el viernes por la tarde y el domingo por la noche, que viene después de la mortal semana de clases y da paso a otra semana mortal de clases… Pero si es así… ¿Qué hacemos esperando a que llegue el finde? ¡¡Si lo que viene luego es peor!! No, hombre, no, es broma, ¿quién sería tan estúpido como para no querer tener fines de semana? A ver… Diferenciemos: están los que quieren los findes, los que no, y los que aunque los quieran van a tener que currar… Yo por suerte sigo en el de los del primer grupo.

Buenas noches a todos y espero que hayáis pasado un buen, relajante, divertido, entretenido, etc etc fin de semana.Yo por mi parte he tenido la suerte de poder pasarlo con la familia en Corella (Navarra), no con toda la tropa porque movilizar a 8 hermanos sumando una cuñada, un cuñado y dos sobrinos… es algo difícil, teniendo en cuenta que la mayoría ya son personas mayores, “maduras”, con trabajo e independizadas, aunque no lo neguemos… ¿Quién puede alejarse de los encantos de la vida en casa? Comer bien, vivir bien, pedirle a mamá que nos lleve de compritas… Si es que no hay ninguno que se resista, y espero que en vuestras casas pase lo mismo. Cuando vuelvo a casa por fin de semana, es como una cuenta atrás, parece como si no pudiera aprovechar bien el finde porque sé que está próximo a que se acabe y que me toque volver a Torre2, que no está nada mal, pero que no es como estar en casa.

Analicemos lo que es estar en casa*:

-                                 -   Levantarse pronto, sobre las 9:30, porque “es buena hora para empezar la mañana y poder hacer algo de provecho” (palabras textuales de mi madre)

-                                 -    Hacer los recados que Su Majestad Mi Madre considere oportunos, sin importar cantidad, peso o trayecto.
-                               
                                    -    Ayudar en casa a preparar la mesa, la comida y cualquier otra cosa que ordene SMMM.

-                                 -    No ver la tele, porque según SMMM “estáis todo el día sentados viendo basura y no sois capaces de coger un libro”.
-         
                                    -     Por la tarde, bueno, “tendrás que estudiar, ¿no? Para algo has traído los libros…”

-                                 -  Por la noche salir, pero… (SMS a las 4 a.m) “creo que ya va siendo hora de volver a casa”.

-                                  -     El domingo, a levantarse también tempranito, da igual la hora de regreso a casa la noche anterior, “si sales sabes a lo que te expones”.

-                                   -      Antes de volver a Pamplona, que te lean la cartilla: “sé bueno, pórtate bien, come todo lo que te pongan y estudia. Y no te entretengas con el ordenador, que te conozco”.

Esperad… Ahora que lo pienso… ¡Da miedo volver a casa! ¡¡Esto parece una dictadura!! ¡¡Mamiiiiiii!! Ah, no, si de la que trato de huir es de ella, ¡jajaja!

Besos, saludos y abrazos,

                                                              Juan Lasheras Cuenca

P.D.: me encanta ir a casa, me da igual que sea “duro”, porque lo que realmente importa es que estés con la familia, poder ir a dar un paseo con tu padre o tu madre y hablar con él/ella de todas las cosas que te pasan aquí, sentarte a la mesa y oler la comida tan rica que preparan tus padres especialmente porque has vuelto a casa, aunque solo sea por un fin de semana. ¿Y cómo recompensarles por todo lo que hacen por nosotros? Sonriéndoles, y que vean que eres feliz, agradeciéndoles las cosas buenas que hacen por nosotros y preocupándonos por ellos o ayudando en las tareas de casa son cosas que les gustan, y que hay que hacerlas. En definitiva, creo que nuestros padres se merecen el respeto, cariño y amor más grandes, y sobre todo que nos controlemos nuestros enfados porque… Su vida tampoco es fácil, han vivido mucho más que nosotros y además tienen muchos más problemas serios de los que preocuparse. Además… Te han dado la vida, sí, a ti, al quejica que además odia a sus padres por tonterías. Deberías tenerlo en cuenta. Hay que dejar de mirarse el ombligo por lo menos un rato, ¡caray!

*ir a casa y estar con mamá puede provocar graves consecuencias, Sanidad afirma que hay que hacerlo mínimo una vez al mes pero... todos tememos a mamá... a la vez que la amamos.




Recordadlo chicos: madre no hay más que una.

jueves, 3 de febrero de 2011

Del enfado al desenfado

Os pido a quienes leáis esto que por favor no os alarméis, y que tengáis paciencia, que los primero párrafos son algo fuertes pero veréis que encajan en un contexto más amplio.

Hoy, estoy de mal humor. No, no es que me haya levantado con el pie izquierdo ni que alguien me haya echado una maldición, o que tenga exámenes y me moleste. No digo que no sean razones suficientes, pero no es el caso, hoy estoy de mal humor por muchas otras cosas. Y me molesta. No me gusta estar enfadado, y espero que no sea al único. 

 Pero es que… A veces aguantamos demasiada maldad por parte de algunas personas, y aunque hayamos construido el mejor castillo como defensa ante esa maldad e injusticia que hay en el mundo… En algún momento las murallas ceden, los soldados se rinden y te hundes en la miseria. Pero lo peor llega cuando te enteras de que tienes infiltrados del enemigo en tu propia defensa. Hacen que los tuyos cedan, y te hundes todavía más, y mientras te hundes ves cómo no puedes hacer nada, porque no crees que esas medidas contra el enemigo estén bien.

 Eso es lo que me pasa a mí. Tengo un pequeño defecto que es que no aguanto mucho enfadado y luego no reclamo lo que debería, porque… sinceramente no me sale, y ojalá me saliera en ciertas ocasiones en las que no me vendría mal tener esa capacidad para mantener un argumento de forma sólida, pero no suelo tener esa capacidad… Excepto en alguna ocasión que ya se sobra, que ahí tengo todas las de ganar. 

No me hago la víctima, no pretendo dar pena, quiero poder escribir esto y quitármelo de la cabeza, porque es la única manera que tengo de hacerlo sin hacer daño a nadie… Porque como se suele decir: “hay que perdonar”, no hay que pensar que las cosas que hacen los demás son premeditadas… Pero cuesta tanto en algunos momentos… En momentos de enfado como este pienso que el odio no es malo, odiar ya es otra cosa, pero tener un odio dentro si es justificado es bueno para poder ser fuerte, enfrentarse y ganar batallas ante quien se oponga. 

No me sirve ya la idea de que a todo cerdo le llega su San Martín, o que el tiempo pone a cada uno en su sitio… Porque no es justo aun así, no hay derecho. Nadie está capacitado para hacer daño a los demás, y menos continuadamente y sin ningún tipo de reparo. Y no lo entiendo… No entiendo cómo hay personas capaces de pasarse por donde les apetezca las buenas formas de los demás, la intención de no meter baza o cualquier otro signo de paz. El mundo está lleno de gente mala, enmascarada en sonrisas y buenas formas falsas. Yo no apruebo que la gente sea falsa con nadie, entiendo el saludar por compromiso, pero si realmente odias a alguien… Ni le saludes. No quiero fomentar odio ni nada por el estilo, pero estoy tan harto… 

Todos valemos demasiado como para que nadie se crea con el poder de herirnos, y esto lo digo muy enserio, los amigos tampoco tienen ese permiso. Está bien, pueden tener un día malo y enfadarse y decir algo que no deban, pero lo lógico y lo más obvio es pedir perdón casi al momento. Si no, yo dudaría de la amistad de esa persona, y seriamente. 

Ya se me ha pasado… ¿Y qué me queda en el cuerpo? Pena, tristeza y más decepción si cabe… No me retracto de las palabras que he dicho, porque son mi forma de soltar el cabreo de encima, y bien es cierto que jamás desearé mal a nadie, no utilizaré mi odio o ira contra quien sea, por mucho daño que me haya podido hacer, pero… ¿Qué lleva a una persona a traicionar? Aun cuando una amistad termina… Es importante saber guardar un buen recuerdo y tratar de que todos esos temas privados entre amigos queden ahí… Porque no es de dominio público, y si lo crees así, mal encaminado vas. 

Otro pilar importante son los amigos de verdad. Es una especie en peligro de extinción pero que sigue existiendo y son lo mejor que puede existir en este mundo. No toda la gente del mundo es mala, y por suerte hay gente tan buena que consigue eclipsar toda la maldad de esa otra gente. Y son un verdadero santuario de alegría y bondad.

Hay un dicho que dice “no hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti”… Ahora dime, ¿cuántas veces te hubiera gustado hacer a los demás el daño que te han hecho? No me creo que ninguna, a pesar de que luego en tu corazón reine la lógica, la conciencia y los valores y no lo quieras hacer. Es lo normal, en nuestra naturaleza está el querer justicia. Pero no lo voy a negar, no podemos tomarnos la justicia por nuestra mano por mucho que nos duela, y ahí también entono yo el mea culpa. 

Esto es todo por hoy. Espero no haber alarmado a nadie… 

Besos, abrazos y saludos.

                                                                                    Juan Lasheras Cuenca


P.D.: no os dejéis pisotear por nadie, por favor, no creáis que no merecéis un respeto como todo el mundo, y no tiréis la toalla ante lo que no creéis justo, tened por seguro que saldréis ilesos y que… Si bien es cierto que he dicho que la afirmación de que el tiempo pone a cada uno en su sitio es absurda… No lo es tanto, si esperáis pacientes… Todo se revela tal y como es, y quien salga mal parado lo hará de forma justa.

“Y le pido a Dios” de Kiko y Sara. (la canción está bien por la letra, no es que sean precisamente muy buenos los cantantes pero… lo importante es escuchar con atención

miércoles, 2 de febrero de 2011

El día de la marmota


El tema de hoy es algo… peculiar. Como bien podéis leer en el titulo, hoy día 2 de febrero, los americanos celebran algo así como el día en que una marmota les puede decir cuánto más va a durar el invierno. Tampoco me he ido a la Wikipedia a buscar si es así la historia pero por lo poco que sé, esa es la idea general.

Me quiero centrar más especialmente en una tradición que tenemos en el Colegio Mayor Belagua Torre II (nada de Fase, ¡FASE MARICA!) que consiste en visionar en la sala de estar una película que tiene relación con este día: “Atrapado en el tiempo” o en inglés “Groundhog Day”.

 El protagonista de esta película es Phil Connors, interpretado por Bill Murray en un papel que creo que representa perfectamente. Resulta que este hombre es un meteorólogo un tanto amargado y egocéntrico que suele ir a cubrir el tan conocido día de la marmota al pueblo más famoso de entre los que llevan a cabo esta tradición. Lo curioso es que, para asombro de espectadores y del propio protagonista, el día 2 de febrero se repite constantemente. Esto es, a las 6 de la mañana todo vuelve a ser como el día anterior. Suena la canción de “I got you babe” de Sonny & Cher todas las mañanas, acompañada de los comentarios de los interlocutores.  Al principio Phil está bastante mosqueado pero poco después aprovecha para hacer diversas cosas: el tonto, el loco, camelarse a alguna mujer e incluso intentar ligar con la redactora de su noticiario, Rita, lo cual consigue pero no termina de funcionar porque sigue fallando la forma de ser del hombre, que no es muy sincero ni leal ni nada por el estilo. 

Con el paso del tiempo, Phil se va dando cuenta de que empieza a gustarle el pueblo, de que se preocupa por los demás de una manera desinteresada y busca agradar y ayudar a todo el mundo para conseguir hacer de aquel pequeño pueblecito un mundo mejor. Y lo sorprendente es que lo consigue: cambia, aprende a tocar el piano, lee poesía francesa e incluso aprende a hacer esculturas en hielo y nieve. Así, hasta que al final, con unas maneras sinceras y amables, consigue atraer la atención de Rita y ella se enamora. ¿Y qué ocurre? Que después de esto el bucle temporal acaba y todo vuelve a la normalidad. Y vivieron felices y comieron perdices.

           En cuanto a la película, recomiendo muy mucho verla aunque solo sea una vez, porque os aseguro que os vais a reír mucho y quienes ya la habéis visto estaréis de acuerdo conmigo. La idea es bastante interesante, y eso que puede parecer muy simple pero aquí es donde entro a hacer mi propia interpretación del filme.


          En pocas líneas: Dios, la marmota o quién sabe qué le dan la oportunidad a esta persona de cambiar, y le dan todo el tiempo del mundo. ¿Quién no quisiera tener esa oportunidad? Reconozco que tiene que ser una locura saber lo que va a pasar todos los días, aunque puedes aprovechar para mejorar o en su defecto para aprovecharte de los demás.

A pesar de que él sabe qué va a pasar todos los días, vemos que lo que realmente planea con maldad no le sale precisamente bien, en especial con respecto a la mujer que le gusta. Y con esto pues… Podemos pensar en que las mejores cosas son las que surgen de forma natural, que planear está bien hasta cierto punto pero que en muchos casos hay que dejar que las situaciones se den por si solas y no hay que vivir pensando cómo se vive. De ahí ese dicho que dice que “es mejor vivir como piensas que pensar cómo vives” o algo parecido…

          En definitiva, podríamos acabar resumiendo que hay que tener muy en cuenta que las cosas es mejor que surjan, que forzar para que se den nunca es bueno y que lo que se hace demasiado rápido y sin pensar lo suficiente… suele salir mal.

           Espero que me hagáis caso y veáis la película, si queréis, que tampoco pienso ir uno a uno poniéndoos una pistola en la cabeza.

Besos, abrazos, saludos… y buenas noches.

                                                                                        Juan Lasheras Cuenca

P.D.: No empieces a salir con nadie sin antes haberlo pensado, no hagas acciones de las que no vayas a estar orgulloso después y sobre todo… En el tema del amor, tómate las cosas con mucha calma, sabiendo que eres como eres y que por mucho que quieras enseñarle a una persona todas tus cualidades en formato comprimido… Si no das espacio, si no haces que cada vez que quedáis sea especial... Al final no vas a conseguir nada. Y eso se consigue siendo natural, siendo uno mismo y sin planear las cosas.  Y ojo, este es un consejo que me tengo que aplicar a mí mismo, que yo soy el primero que es un impaciente, bueno, ahora un poco menos, porque la vida te enseña y con respecto a eso… gracias a Dios poco a poco he ido aprendiendo.

martes, 1 de febrero de 2011

Un salto al vacío

Un salto al vacío.

Tienes un problema. En el camino de la vida encuentras un abismo oscuro.

Al otro lado, la continuación de este camino. 

¿Cómo llegar hasta ahí?

Así, como el título reza, pueden acabar muchas vidas.
 
 No, no hablo de morir, aunque sí, algo marchita en parte.   
                                       
Algo desaparece, pero nace una semilla con un color especial.
 
Algo desaparece, pero el viaje de la vida continúa con un giro radical.

Fin de época, cambio de ciclo, madurez… Tiene muchas formas de verse.

Pero, ¿en qué se diferencia el tiempo pasado del que acaba de llegar?

Podemos no tener claro que el salto suponga un cambio... ¿Y si es todo una ilusión?

Aclaremos las cosas por pasos.

Primero, cambia todo cuando saltamos a lo desconocido, es... "otro mundo".

Segundo, mientras cogemos carrerilla nos deshacemos de nuestra niñez y adolescencias y quedan esparcidas por el suelo.
 
Tercero, cuando encaramos el salto, algunas figuras que formaban parte de tu vida no irán contigo, asúmelo.

Justo antes de saltar ves una estrella del cielo caer en lo profundo del abismo.

Saltas… Y caes. 

Sigues cayendo. ¿Y esa estrella? Ten cuidado, porque puedes perder la esperanza.

Si eso ocurre, las sombras pueden evitar que alcances tu destino.

Ten fe, aguanta, ¿o es que no sabes que lo bueno tarda en llegar?

Espera, espera… ¿Ves ya cómo te acercas a la luz?

Empiezas a frenar… La luz se vuelve cada vez más radiante.

La estela del astro te envuelve calurosamente... Esbozas una sonrisa.

Llega un momento en el que notas cómo tus pies tocan el suelo.

La luz no te deja ver, pero sabes que todo ha terminado. Y ahí está también ella.

Al poco tiempo se te aclara la vista, y la ves.

No mucho más tarde se te abren los oídos, y escuchas un dulce susurro.

Recuperas el tacto. Sus suaves manos te devuelven toda la confianza.

Empiezas a andar, ella te acompaña.

El camino, ahora llano, es más fácil de andar.

La luz de la estrella ilumina el nuevo trecho del camino.

Tu vida ha dado un salto, eso no lo puedes negar.

Eso es algo importante, eso es gracias a alguien importante.


Esto es todo por hoy… Espero que mis palabras os hagan reflexionar. 
Besos, abrazos y saludos.

                                                                Juan Lasheras Cuenca

P.D.: La moraleja, que no se basa solamente en la hipotética aparición de una relación sino que es aplicable a un grupo extenso de casos, está orientada a querer remarcar cómo hemos de actuar ante los imprevistos. El salto al vacío lo damos cuando tenemos que tomar una decisión que puede cambiar el curso de nuestra vida, y tenemos miedo. Un noviazgo, la elección de la carrera, la madurez, el compromiso... Pero no hemos de olvidar que las cosas, con fe y esperanza, siempre nos dan resultados positivos.

Pero lo verdaderamente importante y lo que nos da luz y claridad en ese abismo oscuro es esa persona a la que tanto queremos y que con tanto amor nos quiere. Puede ser una amiga, un amigo, el novio, la novia o… En mi caso particular: mi madre... Siempre ha estado ahí, tanto apoyándome como echándome la bronca cuando hago algo mal, y no hay una sola vez en la que no tuviera razón...Sin ella me la habría pegado con mucho más ruido de lo normal... Tengo tanto que agradecerle... Esas sonrisas, esos consejos, esos abrazos, esas palabras tranquilizadoras...

Gracias mamá, esta entrada te la dedico a ti. Te quiero.