martes, 8 de febrero de 2011

Suave brisa de verano

Junto al mar, en la playa de La Concha,
tumbados sobre la arena, una nube les hace sombra,
y ambos contemplan las olas golpear
unas tierras que aun y todo no podrán arrebatar.

Él acaricia su suave pelo castaño
y ella apoya la cabeza sobre su dulce regazo.
Es entonces cuando la pareja, en aquel mes de mayo,
siente por su cara la suave brisa de verano.

Una brisa con un agridulce sabor a sal marina,
brisa con recuerdos anteriores de mismas experiencias vividas.
De un amor que soporta buen tiempo o tempestades,
amor que nunca cede ni ante lluvias o huracanes.

La luna contempla desde el despejado cielo
el paseo al anochecer por el Peine de los Vientos.
Sueñan despiertos, planean un futuro,
y les sale un “te amo” en forma de susurro.

Tras junio, julio y también agosto,
el verano ya más frío cede el trono al otoño.
Y ella y él se tienen que separar
porque ambos han de regresar a la Universidad.

Septiembre, para él, es un mes imposible,
trata de olvidarse de ella, pero nunca lo consigue.
A ella cualquier cosa a él le hace rememorar,
porque tanto buen recuerdo es difícil de borrar.
 
El curso pasa pero ellos no olvidan
aquellos dulces paseos a la vera de la orilla.
Ella recuerda con cariño cómo él la mimaba,
cómo envuelta en sus brazos su tristeza aliviaba.

Conforme los meses siguen avanzando
el verano ya se nota cada vez más cercano.
Las hojas del calendario marchitan y se caen
y su caída, los exámenes, y final de curso traen.

Tras acabar el año en la facultad,
ambos regresan a su hermosa ciudad natal
y nada más llegar, la ciudad, como regalo,
hace del mar traer… aquella suave brisa de verano.

Espero que os guste. =)(=

Besos, saludos y abrazos,

                    
                                                                  Juan Lasheras Cuenca


P.D.: hoy hay descanso de postadatas ^^ Espero que os parezca entretenido el poema.

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