sábado, 5 de abril de 2014

Porque estamos aquí para ser felices


Qué fácil suena el título, y qué difícil es conseguirlo, ¿verdad? Pues bien, esta noche me siento con ganas de demostrar que nada es difícil, si le pones ganas, y tampoco lo es llegar a ser feliz.

Lo básico es, dicho desde ya, ser desprendidos, y no tenerle apego a lo material. Ni a los deseos de uno mismo. Es coger lo que tienes, mirarlo con cariño, sacarle todo lo mejor que se pueda sacar, y sonreír.

¿Qué sentido tiene buscar la felicidad fuera de lo que ya tenemos? Familia, amigos, pareja, estudios… Todo eso tiene que significar algo más que una manera de ocupar nuestro día, y creo que somos demasiado rebuscados si no lo vemos así.

Yo soy feliz desde el día en que nací. Desde que abrí mis pequeños ojos, dentro de mi cara rechoncha, y vi primero al médico, que no cuenta, pero luego a mi madre, que acababa de sufrir lo indecible para traerme a la vida. Y después a mi padre, que quizás me veía como un gasto más en la casa, pero sumaba a su ya inmensa capacidad para querer, un poquito más, haciendo sitio para mi.

Mis amigos… pocos, pero buenos. Estén donde estén, y sobre todo si los echo de menos, solo puedo sacarles virtudes. Y también cuando los tengo delante, que no os quepa duda. Tengo a los mejores amigos del mundo. No importa la cantidad sino la calidad. Y puedo decir que los míos, empezando desde los que llevan más tiempo a mi lado, hasta los que más tarde se han incorporado, son lo mejor que me ha podido pasar en la vida. Quiero darles a todos las gracias, porque han sido un pilar fundamental para que quiera despertar cada día con una sonrisa en la cara.

Mi novia, que me quiere mucho y me aguanta más cada día. Todas mis bromas, mis formas de sacarla de quicio, incluso mis “mordiscos” cariñosos (diga lo que diga ella, son cariñosos y fijo que no duelen tanto como dice). Me enseña, con lo bueno y con lo malo, a ser mejor persona.

Los estudios… En fin, me enseñan. Y este curso me he dado cuenta de que cuando los coges con gusto y ganas, son un interés más de mi vida. Y disfruto, siempre que me es posible.

No me puedo olvidar de eso material que me hace olvidarme un poquito de los “sufrimientos” diarios, y que mayormente disfruto durante el fin de semana: el coche. Es una gozada conducir, donde haga falta. Tú pon la pasta necesaria para llevarte y yo, siempre que pueda, lo haré. Es increíble lo que impone un coche, y más pensar que es tuyo, que eres capaz de conducirlo, mantenerlo, e incluso cogerle cariño. Aún no le he puesto nombre, así que se admiten sugerencias.

Bien… Dicho todo esto, podéis comprobar cuánto de importante son las cosas materiales frente a las personas, y qué puedo añorar que no tenga ya. Una familia grande, y buena. Unos amigos que más bien siempre tiendo a mirar como si no me correspondieran. Una pareja que adoro, y que me quiere mucho. Unos estudios a los que me debo, y que muchas veces responden para enseñarme cosas entretenidas. Y mi coche, que me permite alejarme de todo si algún día me sobrevienen cosas que no pueda aguantar.

No hace falta nada más, incluso podría prescindir del coche, el móvil, el ordenador... Siempre tengo lo que me hace feliz a mano, y es que no necesito buscar lo que llevo años teniendo, que son las fuentes de mi felicidad. Y tengo mucho que agradecer, por supuesto que lo tengo, a quien sea que vele por nosotros, donde quiera que esté. Conmigo se pasó desde el primer día, y solo espero seguir contando con su ayuda para que no deje de darme cuenta de todo lo que tengo, que sois, en definitiva, vosotros, los que leéis.

Para terminar, y por si os sirve de consejo, solamente quiero que veáis que todo lo que tenemos cuenta, y que seguir buscando “felicidad”, y más si es material, no va a llevarnos más que a querer más cosas inútiles. De verdad, que todo lo que necesitas para ser feliz te lo dan las personas, y no las cosas. Y con las personas puedes hablar, reír, llorar, confesar secretos… Y te harán todas ellas mejor persona.

“La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán”. Todos estuvieron de acuerdo y desde entonces ha sido así: “el humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo”   

No hay comentarios:

Publicar un comentario